Lazos de Alma

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martes, 4 de septiembre de 2012

¿HASTA QUÉ PUNTO CONTROLAMOS LA CODICIA?

Sin palabras. En imágenes (en el vídeo que inserto) se nos presenta una idea:
¿Qué pensamientos invaden nuestra mente? ¿Hasta qué punto controlamos la codicia?
Se habla del escaso respeto por las ideas la propiedad intelectual. Y es que aquello de no desear lo que tiene el prójimo parece consustancial a la naturaleza humana que se desvive en hacer lo contrario.
 
La historia escenificada en el vídeo narra el hastío y de cómo surge la ilusión por tener sin esfuerzo lo que no te corresponde, lo que no es tuyo y que, por tanto, tiene un precio que hay que pagar. También la codicia tiene un precio: te atrapa en la soledad.
 
Hoy la sociedad refleja su codicia en diferentes frentes; y uno de ellos lo vemos en los niños que son tratados como objetos, comenzando por la propia familia que antepone el bienestar de cada uno de los cónyuges al del pequeño que siente temor y desconcierto ante una pérdida.
 
Sin mucho indagar se pueden también conocer datos escalofriantes al respecto: en Brasil se encuentran a diario de media dos cadáveres de niños con los órganos extraídos.
 
La codicia del individuo afecta a la sociedad que vive adormecida en la subjetividad, en el todo vale.
 
Los análisis Forenses de los restos óseos de la finca de las 'Cremadillas' dejan desconcertado al ciudadano. Pero, si escuchamos la respuesta de la Forense de la policía que emitió el primer informe, no albergaremos demasiadas dudas sobre lo que está pasando en nuestra sociedad: dice la Forense que la apreciación de los restos es 'subjetiva' y que por tanto las discrepancias de si son o no restos humanos no afectan a la profesionalidad y decisiones Forenses.
 
¡Tiemblo! Al pensar que todo es tan subjetivo que ya nada ni nadie responde de nada ante nadie; y, lo que es peor, la sociedad tan dispar ella feliz en sus proyectos callejeros de no se sabe bien que cosa se quiere y mucho menos cómo se piensa lograr.
 
¡Mundo de codiciosos!
 

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