Lazos de Alma

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sábado, 31 de diciembre de 2011

UNA CARTA PARA EL RECUERDO

Hace años, escribí a un pariente una carta de aliento en un momento de enorme dificultad para él. Lo iba a ver esa tarde, y quería entregársela en mano; era mi forma de hacer que aquel encuentro visual permaneciese a su lado en mensajes de aliento escritos sobre el papel, con el sentimiento de vínculo emocional que deseaba transmitirle.

Ahora, más que nunca, deseo transmitirte mi confianza en ti, en tus posibilidades de mantener el reto por lograr una familia unida, a pesar de los muchos envites padecidos y los que estén por venir.
Quiero que recuerdes que nadie puede verse libre de miedos ni de desdichas. Y que no te olvides de que somos todos capaces del compromiso.
Me puedes preguntar: ¿de dónde sacamos las fuerzas para salir de los atolladeros?
Te digo que, tanto los temores como la capacidad de comprometernos, son signos de crecimiento personal. Y lo mejor de todo es que, si se lo propone, la persona no deja de crecer hasta el final de sus días en la Tierra.
El compromiso de mejora es la mejor arma para salir de cualquier crisis.
En todo caso, tienes magníficos ejemplos en la familia; aún en la lejanía del Cosmos… los tienes.
Te toca a ti acrecentar la herencia familiar como legado para los tuyos.
Desde las estrellas llega el eco de la ternura: cálida caricia, savia del alma humana que sin ella se atrofia en actitudes egoístas.
Cuando miras tanto el Yo olvidas al otro, y así no podemos lograr el Nosotros, por otro lado, tan necesario para proceder con bondad, sin acritud ni rencor.
Mientras el alma se agrieta con el egoísmo, y supura amargura que la colapsa cual infarto y la hunde, la ternura puede recomponerla; es el mejor parche para lograr un tictac acompasado que nos eleve y transporte a un estado de esperanza objetiva, en donde los miedos y problemas se resuelven con el compromiso, el respeto y los retos.
Sólo te pido que me recuerdes y llames cuando así lo quieras, porque yo estaré ahí para escucharte.

viernes, 30 de diciembre de 2011

UN LIBRO COMPARTIDO

EL PARTO DE LA BURRA
Un vínculo familiar
Mª Ángeles Rodríguez Castaño

INTRODUCCIÓN
A los padres ocupados, y preocupados en la educación de sus hijos.

Aprender a integrar el conocimiento de la propia cultura, conocer algo de todo aquello que nos ha permitido ser como hoy somos, tiene mucho que ver con la tradición familiar de contar historias.

De su parte, la Historia nos va indicando que las personas aprendemos a ser mejores, a salir mejor parados de los atolladeros, si somos capaces de establecer vínculos afectivos que nos hagan sentir seguros en la búsqueda de soluciones viables, mucho más aún, en situaciones adversas.

Complejas y adversas son las situaciones actuales: el reajuste tecnología-humanismo resulta inquietante en las primeras décadas del tercer milenio. En el transcurso de los doscientos últimos años el recorrido da la sensación de vacío intelectual, a pesar de los logros científicos cosechados.

La idea de echar balones fuera, no sirve aquí. El progreso de los sistemas de comunicación, no son excusa para el olvido de la tradición familiar de contar historias. La clave, puede estar en desconectar una hora al día para reflexionar y jugar con los hijos. A ello ayuda leer con el hijo desde niño, ya que potencia el desarrollo cognoscitivo y establece lazos afectivos difíciles de olvidar.

¿Qué hemos perdido, y qué merece la pena recuperar?

Ésa es la pregunta inicial que me hago al emprender este plan de convivencia familiar sin fronteras.

De entre lo perdido, es notorio el olvido creciente de contar historias familiares en familia; tradición ésta que guarda relación con la capacidad de aprender a integrar el conocimiento de la propia cultura tanto como de conocer algo de todo aquello que nos ha llevado a ser como hoy somos, sopesando así lo que aúna y nos diferencia de otros para hacernos sensibles y razonables.

Parece ser que hemos perdido lo que habremos de restablecer: el vínculo familiar. Y hay que hacerlo en medio de una crisis que llega, entre otras, por el reajuste tecnológico que experimenta la humanidad.

¿Hay excusas fuera de uno mismo?

Esta pregunta me lleva a razonar los objetivos del plan, que se concentran en siete rasgos de conducta a desarrollar. Cada rasgo se trabaja mediante casos, relatos y juegos que vienen a potenciar la inteligencia emocional y social en familia.

El primero de esos rasgos, la introspección, ayuda a valorar que, el progreso imparable de los sistemas de comunicación no es la causa principal del olvido familiar de contar historias de leer y jugar con los hijos. La clave puede estar en desconectar una hora al día para reflexionar y divertirnos con ellos.

En concreto, hablo de recuperar el ocio familiar desde la infancia y de potenciar la lectura comprensiva, con el objetivo de establecer unos lazos afectivos difíciles de olvidar, que imprimen fortaleza ante la adversidad. 

Los rasgos de conducta a trabajar tienen como objeto: ayudar a expresar inteligentemente los propios sentimientos, a apreciar y reconocer los méritos ajenos, a detectar las necesidades y expectativas del prójimo, en definitiva, a ser auténticos.

El plan por capítulos que iré dejando en la web, es el siguiente:

1.   INTROSPECCIÓN: nos ayuda a ser magnánimos, a no juzgar a la ligera.

2.   TERNURA: nos ayuda a innovar.

3.   OPTIMISMO: nos permite sopesar los límites.

4.   INICIATIVA: nos muestra en tiempo real las mejores alternativas, aquellas que son viables.

5.   CREATIVIDAD: nos ayuda a establecer vínculos donde parecía no haberlos.

6.   HUMOR: nos hace caer en la cuenta de la propia ignorancia.

7.   MORALIDAD: nos ayuda a ser congruentes.

¿CÓMO CONTROLAMOS NUESTROS PENSAMIENTOS?

Psicólogos y terapeutas ponen empeño por hallar fórmulas sencillas que ayuden a encontrar la solución a los problemas de adaptación a la vida cotidiana. Y ofrecen argumentos con rango de ‘leyes’.

Razonan que estas ‘leyes’ debidamente aplicadas, y manteniendo el esfuerzo con las que las validamos, nos deberían llevar a conseguir las metas que nos hayamos propuesto, o a evitar lo que no queremos en nuestra vida.

Algunas de estas ‘leyes’ populares son:

El control de nuestros pensamientos, porque de él se derivan los sentimientos propios y las acciones que desarrollamos en nuestro mundo.

El reconocimiento de los talentos únicos, que nos acercan a la realidad de que en cada persona anida una habilidad superior que hay que explotar, de la que hay que servirse y que también ha de desarrollarse.

La trayectoria personal, que relaciona la forma en que desarrollemos nuestra conciencia y la necesidad de mejorar positivamente; unido estrechamente con el desarrollo del sistema de creencias.
La ‘ley’ de la acumulación, de la constancia: explica los éxitos en la vida como el resultado de la acumulación de pequeñas acciones en la misma dirección. Por tanto, incidir una y otra vez en los aspectos que queremos desarrollar nos llevará en la dirección en la que queremos ir y a donde queremos llegar.

Y a donde quiero ir con este breve apunte es, a la necesidad creciente en nuestros días de motivar el encuentro de uno consigo mismo

jueves, 29 de diciembre de 2011

SOBRE LA TIBIEZA

La tibieza, aunque pueda parecer una actitud actual, pervive en el tiempo y sobre ello se diserta prolijamente.

Por mi parte, he iniciado este tema por un contertulio que lo propuso y al que doy las gracias porque estoy aprendiendo sobre un tema que tenía olvidado de la niñez.

La tibieza es el resultado de encontramos sin ruta, de caminar a la deriva. Un estado de ánimo que se percibe como desgana interior fruto de una contradicción interna. De alguna forma, los caminos espirituales (aquello en lo que creemos) y la experiencia (nuestros actos), no van orientados en la misma dirección.

El tibio se mueve como gallina de corral: no para en todo el día pero no va a ninguna parte.

Salir de la tibieza requiere de la persona una actitud de afrontamiento a la hora de elegir: salir de su enfriamiento, de la indiferencia por la contradicción en la que vive.

La tibieza es cosa de saberse ‘rico’. Sí. De sentirse rico en capacidades: esos talentos que se reparten al azar y que cada persona desarrolla, o no. Por cómo utilicemos los talentos recibidos así podremos llegar a sentir la apatía, la desgana previa a la tibieza que entra en contradicción entre lo mucho que poseo (en capacidades) y lo que soy capaz de compartir.

Se pretende con la tibieza mantenerse en el término medio, como dice la letra de la canción Tibieza (Todo Tango):

¡Qué bien que me sale ser solo “bastante”!,

"bastante" dichoso, "bastante" normal,

la única macana es que ese "bastante"

’tá cerca del menos, bien lejos del más.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

FOTOCOPIAS ANIMADAS

Fotocopias animadas (El alma plagiada), es el título que di a una recopliación de relatos que comencé a escribir en el año 2002, y que registré en 2005. Y la tertulia sobre la tibieza de la tarde del pasado lunes me llevó a retomar ayer su lectura.

Como quiera que los tertulianos quedamos emplazados a comunicarnos los propios recuerdos familiares que aporten luz sobre dicho asunto, comienzo hoy con la introducción de unos relatos que revelan, a mi entender, que la tibieza no forma parte de la conducta de Dolores, protagonista de los relatos.

 

Al emigrante, viajero que no olvida sus ancestros.


Cuanto más avanzas en edad, más posibilidades de diálogo te ofrece la línea temporal que estés utilizando en la vida.
La de esta historia nace en La Coruña de mediados de siglo en la última centuria del milenio pasado; e intenta reflejar el devenir de unos acontecimientos ligados al sentimiento que cada alma intuye tropecientos una vez repetida.
Y es una de esas clonaciones la que da vida a los relatos que siguen. En cada uno de ellos, el clon revela una copia. ¡Son tantas las que pueden surgir del espíritu! Cada una de ellas deja entrever ciertos rasgos diferenciales sobre cómo se puede percibir el alma: ¿de trapo o de bayeta?

Qué pensar sobre el significado de estos dos vocablos que sirven de guía a Dolores (personaje central de los relatos), puede ayudarnos a comprender las experiencias vividas por cada pueblo, cada persona, como un reflejo de lo mucho o poco que somos capaces de escribir en nuestra línea de vida para aprender a reírnos de nosotros mismos y con los demás.
Alma de trapo, de ser entendido éste como anaco de tea vello o paño estragado o velamen de un barco, puede apreciarse cual brial venido a menos y dar pie al sentido con el que muchas gentes lo miran: desechándolo por inútil por inservible. ¿Acaso, es un andrajo de tela con el qué trajinar por el mundo? O, bien mirado, ¿resulta ser el compañero en el qué verter aquellas penas recónditas del ánimo cuya arca para la vida, sin vela, pierde su rumbo?
Qué decir del alma de bayeta, paño grueso de baja estofa, parece ser que le haya ido algo mejor. Se la tiene por una pieza fundamental en los quehaceres cotidianos para la limpieza y el embellecimiento de los enseres que conforman el entorno de una persona. Su rango, elevado a paño de algodón y, paulatinamente alterado en función de los adelantos que la ciencia y la tecnología le van procurando, le ha permitido despegarse, si cabe cada día más, del andrajoso trapo. Los ejemplos son tantos que de nada vale agobiar con ellos. Es suficiente,  dar un paseo por los pasillos de un supermercado y comprobar en cuan diferentes apodos se convierte este paño universal cuyo sustantivo adopta el género femenino: la bayeta ecológica; la bayeta multiusos; la bayeta atrapapolvo…

Digamos que, al igual que el blanco y el negro, el bien y el mal, varón o mujer, se presenta la disyuntiva para el copiado del alma: ¿de trapo o de bayeta?
Dolores va recogiendo esos momentos que de uno (trapo) y otra (bayeta) encuentra en la rúa.
(Continuará)...
M.A. Rodríguez

lunes, 26 de diciembre de 2011

PREPARANDO EL AÑO QUE VIENE

AÑO NUEVO…CON PRESTIGIO PERSONAL

¿Cuáles son las razones por las que demasiadas personas ―la mayoría jóvenes de mediana edad― mantienen una actitud desesperanzada sobre el presente que se avecina? ¿Dónde ha ido el ‘prestigio’ personal?

En los últimos días de este año (2011), en conversación con gente de variada procedencia y de vínculos personales diversos, me han mostrado su incredulidad en que algo cambie. En su opinión:
Las ‘castas’ son inamovibles. Y su gente son ineptos que toman decisiones nefastas para aquellos a quienes se aplican.
Efectivamente su argumento tiene peso histórico, pero encierra también el ‘arcano’ del cambio.

Por otra parte, en la red, he podido comprobar cómo se agrupan los desalentados en diferentes plataformas que los convocan. Y me pregunto si, a caso, quieren llegar a ser corpúsculos de ‘casta’.

Todo esto me lleva a reflexionar sobre la desesperanza instalada en la mente de una sociedad opulenta. Y comienzo hoy aportando argumentos ligados a una conducta resiliente, concretamente, la capacidad de crear vínculos afectivos.

Cuando la duda me asalta a modo de cuestiones sobre las ‘castas’:
¿Es necesario incrementar el número de castas para equilibrar fuerzas, para que me hagan caso? ¿A caso me hacen caso, o me lo creo? ¿Es preciso seguir con el espiral creciente de castas? ¿Por qué nos empecinamos en formar parte de alguna casta? ¿Es ése nuestro destino?...

Mi mente me devuelve una respuesta:
Yo no puedo cambiar a nadie, y mucho menos está en mi mano que nadie, ni aún la ‘casta’ dé un paso por mi causa.

Entonces me percato de que ese mensaje enfatiza en el ‘arcano’ del cambio:
Si quiero que algo cambie he de comenzar por conocer aquello que ha de cambiar en mí.

Esto nos puede servir como primer vínculo emocional, ya que implica conocer cómo soy y cómo me comporto; por otro lado, clave del comportamiento coherente y ‘arcano’ de la tibieza.―Esta tarde tengo en casa una tertulia sobre ‘tibieza’, que pienso compartir aquí.

¡Ay! Ahora, otra cuestión me inquieta:
¿De dónde saco las fuerzas para ‘conocer’ aquello que habré de cambiar en mí?

También esta vez mi mente recita para mí un sonsonete conocido:
¿Recuerdas la parábola de los ‘talentos’? ¡Sí! Aquella que habla de los ‘dones’ (capacidades) que cada uno recibe en herencia (genética) y que ha de gestionar y compartir en vida.

Ahí se encierra otro ‘arcano’ del cambio:
Cada persona es un ser vivo único e irrepetible que trae consigo un potencial de capacidades por desarrollar, y (ahora viene la enjundia del cambio) en el transcurso de su vida sentirá la necesidad de compartir, o de guardar para sí mismo, su 'riqueza’ personal.

Un segundo vínculo emocional viene del compartir nuestras capacidades, de ponerlas a trabajar en común. Y ello requiere la práctica de actitudes como la honestidad y la sinceridad.

Estos dos argumentos para crear vínculo, son como granitos de arena que ayudan a  vencer el egoísmo a las ganas del propio lucimiento caiga quien caiga.

Pienso que, el tiempo sometidos al sentimiento de apropiación indebida ligado al manido argumento del mediocre (medio-cree) virtuoso de la nada "lo tuyo es de todos; pero  lo mío es mío venga de quien venga", tiene las horas contadas.

¡Ha llegado el momento de retomar el 'prestigio' personal! El de uno. El propio.

sábado, 24 de diciembre de 2011

NECESIDAD DEL ELOGIO

Necesidad del elogio: terapia del lenguaje nutritivo
¿Qué está pasando en el seno familiar? ¿Por qué se enfatiza poco en las cualidades de sus miembros? ¿Cuál es la razón de tantas críticas entre ellos? ¿Dónde se esconde el cariño familiar?
Circula en la red una información sobre cómo, de manera general, los miembros de las familias están cada vez más distantes, las personas se muestran más intolerantes, y se desgastan dando valor a los defectos de los otros. Se detecta una carencia del ‘elogio’: en la pareja, entre padres e hijos, de jefes a subordinados,…con los amigos. A cambio, estamos magnificando una conducta superficial: el culto a la belleza, 'uniformada' en los medios de comunicación, que prima el objetivo de enriquecimiento fácil sin esfuerzo, sin más mérito que el que aporta la desfachatez.
En el año 2009, escribí un artículo 'Relaciones nutritivas' para la revista 'Babia' y hablaba ahí de la necesidad de aprender a compartir nuestro estado de ánimo en el hogar, con los nuestros; para ello, necesitaremos una ‘pizca’ de esfuerzo y unos cuantos ‘cucharones’ de interés.
Una forma de razonar cómo lograr unas relaciones nutritivas, parte de una premisa: ser capaces de comunicar las preocupaciones y expectativas de cada día. Potenciar la empatía entre los miembros de la familia permite salir de casa con la seguridad de que alguien piensa en ti, esto supone un refuerzo emocional que da un respiro para afrontar con esperanza los momentos más complicados del día.
También la llegada al trabajo es un buen momento para ejercitar el poder de la sonrisa, el gesto amable y los mensajes auténticos. Los jefes, subordinados y compañeros agradecen que cada uno asuma las responsabilidades que le competen, que no se generen problemas los unos a los otros por adolecer de una comunicación auténtica.

Los vínculos afectivos de sentirse querido valorado, respetado, etc., importan y mucho, ya que estos comportamientos se almacenan en las neuronas 'espejo' allí donde más tarde acudimos para valorar y tomar decisiones.
Tanto la introspección como la independencia, la iniciativa, el humor, la creatividad y la moralidad son herramientas emocionales que ayudan a gestionar mejor cualquier situación por compleja que ésta sea. En el hogar, la escuela o el trabajo, conviene potenciar dichos rasgos que son signo de inteligencia social y emocional; si cabe, cada día más útiles en las relaciones personales y en el desarrollo profesional. De ello nos habla la ‘teoría de la resiliencia’ que se fundamenta en el estudio del comportamiento de aquellas personas (niños, adultos y ancianos) que salen airosos y fortalecidos de situaciones adversas. Se trata de aprender a tomar opciones de conducta inteligente ante situaciones no deseadas.

Podemos empezar la jornada con un desayuno de 'ingredientes nutritivos' a base de gestos cariñosos y de mensajes que aclaren nuestro estado de ánimo. Construiremos mensajes alentadores, que inviten a la sonrisa y al sosiego.
―¡Me espera un día de trabajo duro! Y no he descansado bien pensando en ello.
―Siento que tu sueño no haya sido reparador. Te ayudaré a preparar un desayuno apetitoso, y a buscar un atuendo que te anime.
Evitaremos los gruñidos, bufidos, gritos, etc., que emitimos sin darnos cuenta por las prisas, pues, lejos de mostrar cómo nos sentimos, dan a entender que algo no va bien y no queremos compartir. No dejaremos a interpretación ajena lo que nos sucede, ya que puede pasar de todo: desde las más comprensivas actitudes hasta unas pésimas valoraciones de nuestro comportamiento.

Para despedir el día nos puede venir bien la introspección; una habilidad menos nombrada en la actualidad aunque los beneficios de su práctica no dejen margen de duda. Se trata de seguir un método personal de observación y reflexión que nos lleve a dar una respuesta honesta a nuestras actuaciones diarias.
Se trata de que tomemos las riendas de nuestros fallos, dejemos de culpabilizar a otros, y seamos capaces de aprender de los errores porque los asumimos y corregimos sin temor alguno.

viernes, 23 de diciembre de 2011

LA HUELLA DE CARMELA

Aunque el tiempo pase, hay valores que siguen vigentes: el sentido común hace que comprendamos que nos esclavizamos solitos; las cosas son más sencillas de como nos las planteamos. 

En este vídeo, Carmela vive su particular historia de vida. Desde luego, no se trata de retroceder más bien hay que valorar dónde estamos 'derrochando' esfuerzos por lograr... ¿Qué?


martes, 20 de diciembre de 2011

AMISTAD

Gracias a todos los que comparten e-mails, a los que brindan una amistad sincera como una amiga, Carmen, a la que conocí fortuítamente online, y con quien mantengo correspondencia desde hace más de tres años.


jueves, 15 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD, HOY

Hay momentos en los que el tiempo se detiene: en Navidad.
Para algunos, los recuerdos poco gratos sobrecojen sus pensamientos.
Otros, celebran esos días en familia.
Los hay que no recuerdan a la familia.
En ocasiones, las familias olvidan que son extensas.

Sin embargo, convendría recordar que, formamos una familia extensa con un legado de amor que disipa dudas, que alumbra en la penumbra.

Nos están acostumbrando a viscerar el concepto del amor: de tanto subjetivarlo, de referirlo al sujeto, de que todo gire entorno al yo absoluto se pierde la posibilidad de observar una de las definiciones que enmarca el concepto de AMOR: hacer posible los legítimos deseos del otro.

Algo de firmeza nos está faltando en las relaciones personales: demasiados SÍ al yo, y pocos para el nosotros.



lunes, 12 de diciembre de 2011

FICCIONES

La Biblioteca de Babel (1941) es un relato breve del escritor argentino Jorge Luis Borges, que forma parte de su libro Ficciones. La oscuridad sería una salvación en la biblioteca sin límites del relato que admite múltiples lecturas.

Por qué leer este relato. Porque ofrece la posibilidad de tirar de muchos hilos. Abre la mente. Flexibiliza el pensamiento. Invoca a la creatividad. Invita a la reflexión. Incíta a la búsqueda. Al menos, a mi me lo parece.

“Un bibliotecario descubre que los libros contienen los mismos elementos: el espacio, el punto, la coma y las veintidós letras del alfabeto. Deduce también que en ellos están todas las posibles combinaciones de estos signos, es decir, que la biblioteca comprende todo lo que se puede expresar en todos los idiomas. El incalculable número de volúmenes que supone esta hipótesis hace casi imposible encontrar uno coherente. Oculto en esta infinitud hay un dios que ha hecho enloquecer a quien lo ha buscado: el libro que resume y explica todos los libros, la cifra del universo.”

Se ha analizado desde diferentes disciplinas, entre otras:

Las matemáticas en La Biblioteca de Babel.

La psicología en La Biblioteca de Babel.

Es recurrente en el libro el tema de Baroja en El árbol de la ciencia (Cuarta parte: Inquisiciones, página 62), donde el autor se explaya sobre el posible significado del árbol de la ciencia y el árbol de la vida.

«La Biblioteca de Babel es la triste sombra del árbol de la ciencia que, junto al árbol de la vida, crece en el paraíso. Como tantos otros, nuestro hombre quiso saber, pero el conocimiento, la ciencia –dice la Biblia- da dolor». ―J. L. López Lasala:

[…]La Biblioteca Nacional de Buenos Aires tuvo tres directores ciegos: José Mármol, Paul Groussac y Jorge Luis Borges. Cuando éste ocupó el cargo en 1955 ya sabía que su ceguera era irreversible. Con la noche, Dios también le otorga el irónico regalo de los libros, según confiesa en el “Poema de los dones”:

[...] De esta ciudad de libros hizo dueños

a unos ojos sin luz, que sólo pueden

leer en las bibliotecas de los sueños

los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día

les prodiga sus libros infinitos,

arduos como los arduos manuscritos

que perecieron en Alejandría.

La imagen que nos queda de esta narración es la de un hombre ciego, demente y moribundo que termina cayendo al vacío por la baranda de uno de los hexágonos de la biblioteca. ¿Pasará cerca de ese libro que tanto deseaba? Su cuerpo se hundirá largamente y se corromperá y disolverá en el viento engendrado por la caída, que es infinita. Y nosotros nos preguntamos si este hombre, ya sin materia, seguirá viajando de alguna forma por esa biblioteca interminable, que es el universo...

domingo, 11 de diciembre de 2011

PASIÓN POR EDUCAR

Aunque pueda parecer que los encuentros de EducaRed estén programados para el profesorado, hay que valorar lo que ahí se dice desde una concepción global de la educación.

Sé que ver el vídeo exige un esfuerzo, un tiempo; pero la formación es lo que tiene, hay que detenerse y quitarnos la boina.

Y eso va también para los padres que son quienes 'eligen' el centro escolar donde educar a sus hijos. Sé que eso de la elección puede parecer utópico; más bien, se convierte en un problema de puntos, asignaciones, coste, lenguas locales,...educación bilingüe.

En algo tan esencial como lo es la educación escolar de los hijos, la Administración del Estado, encargada de Legislar el Sistema Educativo, con su endogámica laxitud, ha contribuido a esa desgana por aprender y por enseñar que padecen algunos (demasiados, y con muchas ganas de protagonismo), y ahora hay que dar pasos de gigante para resolver con determinación la educación que los más pequeños ya demandan.


En el vídeo se comentan algunos de los temas en los que trato siempre de incidir:
  • la necesidad del conocimiento del menor gracias a las neurociencias;
  • meternos de pleno en el desarrollo de la propia inteligencia emocional, puesto que nadie comparte lo que no tiene;
  • el cambio necesario en la didáctica de aula y que es urgente en el sistema de evaluación.



viernes, 9 de diciembre de 2011

UN MENSAJE DE CÁRITAS

Vemos, escuchamos, sentimos, ...asentimos al convenir que la situación actual es amoral.

El desprestigio institucional, social, individual..., venido de tantos desvalidos intelectuales con raquitismo emocional (quiero pensar que son muchos más los que tiran de la cuerda de la sensatez), encumbrados a la gloria o al poder económico, mediático, social, político..., me pregunto si está tocando fondo.

Lo relevante, quizá, no es tanto si hemos tocado fondo o no; más bien lo importante es tomar decisiones sobre cómo vamos a salir del atolladero en el que nos hallamos.

Es como reconstruir el Estado. Hay que dar forma a la convivencia. Años de bonanza dejan ahora sumidos en el desamparo a demasiadas personas, crédulos ciudadanos cuya ignorancia funcional es alimentada por los mismos desde que la Historia tiene memoria.

La Campaña Navideña de Cáritas para el año 2012, que me envía Carmen, deja sus claves para comenzar un cambio en el que todos habremos de intervenir, si queremos dejar de ser ignorantes funcionales al servicio del poderoso don dinero.


lunes, 5 de diciembre de 2011

EL CEREBRO NOS ENGAÑA

Nuestra memoria no es de fiar.
En su libro, El cerebro nos engaña (2002, Ediciones Temas de Hoy), Francisco José Rubia Vila, en la introducción del libro, hace mención a la connotación dualista que se manifiesta en las ideologías, sean de tipo político o religioso, caracterizada por una demonización del contrario y una espacialización del tiempo; y se plantea una cuestión inquietante:
¿Cómo podrían estas ideologías (políticas o religiosas) y muchas otras, arrastrar a millones de personas, incluso a muchos intelectuales y grandes pensadores?

Para Rubia, "el secreto está, sin duda, en el funcionamiento de nuestro cerebro". En mi opinión, éste es uno de esos libros obligados en las Bibliotecas de los centros educativos. Comprender, como razona Rubia en el vídeo...
Es tarea del docente conocer a las personas que se quiera educar.

En el programa Redes, Punset entrevista a Steven Rose sobre este mismo tema.

sábado, 3 de diciembre de 2011

COMPRAS NAVIDEÑAS

En época de vacas flacas, cuando llega el momento de pensar en los regalos navideños, quizá venga bien recordar por qué, a veces, más es menos.

viernes, 2 de diciembre de 2011

FABRICANTES DE MIEDO

¿Vivimos instalados en la cultura del miedo?
Releyendo el libro del psiquiatra español Enrique González Duro, Biografía del miedo: Los temores en la sociedad contemporánea (2007) Ed. Debate, tratando de documentarme y comprender el fiasco social en el que estamos inmersos, me detuve en su ‘Introducción necesaria’ donde el autor realiza una interesante reflexión sobre el ‘equívoco’ que el concepto de ‘miedo’ suscita a lo largo de la historia. Habla ahí de la ‘manipulación ideológica’:
«El equívoco puede residir en que cuando se habla de miedo casi todo el mundo se refiere exclusivamente a quien lo padece como un sentimiento meramente personal e intransferible, además de vergonzante, y hay muy escasas referencias a los que tienen la fuerza o el poder suficiente para producirlo y mantenerlo, individual o colectivamente.»
Expresa que el miedo se contagia muy fácilmente, y que se convierte en un elemento de dominación tanto como puede serlo de solidaridad social. «Los ‘fabricantes del miedo’ han procurado siempre asociarlo a la cobardía y al mal. El miedo pasa a ser una cuestión moral, social, religiosa, política y hasta económica»: de ahí mi interés en la lectura de este libro.
Leer. Sí, leer. Soy una convencida de que nuestros jóvenes (y demasiados adultos) se concentran en lecturas académicas o literarias que, siendo necesarias, dejan de lado otros temas que vienen a complementar la educación integral de la persona. Me refiero a que, por ejemplo: un técnico no debiera soslayar la filosofía o la historia, ni un historiador o filósofo comprenderá su tiempo sin una lectura científica que le ayude a completar el mapa de sus ideas mentales, traídas de su formación académica.
No me interesa ahondar en la estereotipada bifurcación ciencias-letras donde aún hoy seguimos instalados en perjuicio de la lectura científica, porque no tiene sentido alguno cuando los avances de la ciencia se plasman en la tecnología cuyo producto final forma parte de la vida cotidiana del menor.
No se puede parcelar el desarrollo del potencial de cada ser humano, ni ponerle cortapisas; como tampoco los tiempos de crecimiento personal se pueden considerar uniformes, ni estancos.
Mi apuesta es clara: cualquier sistema educativo ha de garantizar la ‘formación integral’ de sus formadores que, en un mundo de comunicación virtual, conlleva la práctica docente de LA EVALUACIÓN POR COMPETENCIAS; un tema en el que llevo tiempo trabajando y pienso compartir en el blog.
Y sobre la cultura del miedo, de aquellos que lo invocan como advenimiento de catástrofes de involución a los ‘logros’ sociales adquiridos, en el libro que nos ocupa se habla de cómo los ‘fabricantes del miedo’ hacen surgir fuentes de solidaridad social que supera el miedo individual y genera la fuerza necesaria para oponerse al poder que, por mucho miedo que fabrique, es siempre más vulnerable de lo que parece.
¡Hay esperanza! Los fabricantes del miedo se han hundido en su propio lodo.

martes, 29 de noviembre de 2011

RECOBRAR EL ÁNIMO

Dejemos de lado la apatía en la que podríamos caer si pensásemos que nada podemos hacer para mejorar, para cambiar lo que no se ajuste a las normas de convivencia: política, económica, social, educativa,... que hemos de darnos para sobrevivir en la adversidad y salir fortalecidos.

Me gusta este programa de la Tertulia de los Catedráticos, en este caso, sobre la apatía.

lunes, 28 de noviembre de 2011

MIGUITAS DE TERNURA, AL OÍDO


Aquello de llevarse bien para rendir mejor, no es un tópico.

No en vano, los comportamientos saludables vienen determinados por los estímulos que entran y se procesan como positivos. Todos los órganos sensoriales participan en mayor o menor medida en este proceso, y van dejando un rastro de nuestro sentir en nuestra forma de actuar.

El estrés, agotamiento, la falta de seguridad...pueden producir incomunicación, bien por mediar una agresividad verbal o por pura sumisión como signo de rabia contenida.

En estos momentos, los mal nombrados Departamentos de Recursos Humanos (el ser humano no puede definirse como recurso alguno), razonan sobre cuál es el perfil adecuado de la persona que haya de ocupar una posición de mando.

Ya no estamos en la época de los Tiburones (directivos centrados en los objetivos), ni tampoco es el momento del Osito de peluche (jefes atascados en el asunto de las buenas relaciones).

Los empresarios saben hoy que sus mejores líderes son los Búhos: esas personas flexibles y atentas a las relaciones, que se centran en los resultados con un compromiso moral y ético alejado de cualquier forma de subjetivismo al uso.


Dejo como sonido de fondo una de esas canciones que me impacta emocionalmente cuando la escucho: Miguitas de ternura, donde melodía y letra se unen para dejarnos un profundo mensaje...
Tenemos miedo a tantas cosas..., y la ternura es un remedio a tantos miedos.

domingo, 27 de noviembre de 2011

TUTORÍAS ACTIVAS

Hace tiempo, escribi para La Revista del CDL (Colegio de Licenciados de Valencia y Castellón) el artículo que sigue.

Realizar una tutoría personal con los padres de un alumno(a), es una tarea compleja para cualquier docente que haya de intervenir en este proceso de comunicación. Por ello, una ayuda es siempre bienvenida.
Las Tutorías Activas -he dejado material en la página 'Temas'- tienen como objeto implicar al profesorado, a los alumnos y a los padres de modo que el tutor(a) escolar actúe como mediador del proceso de comunicación familia-escuela.
Para lograrlo, se establece un método de registro en el que se identifican las actividades a realizar por cada agente nombrado, y se determinan aquellos rasgos relacionados con la construcción de una conducta resiliente que vamos a potenciar.
Este método permite realizar unas tutorías acogedoras y  profesionales; y constituye una herramienta de mejora en el proceso de gestión de la calidad en un centro educativo.

Hablamos del equilibrio que hay que mantener para lograr que, en medio del batiburrillo de temperamentos y caracteres, cada alumno logre desarrollar sus capacidades.
La idea es que, del mismo modo que contamos con un documento que acredita las calificaciones obtenidas, un nuevo registro muestre los logros personales en cuanto a la inteligencia emocional y social se refiere. Así, cuando un alumno pase de curso, se tendrá conocimiento de unos rasgos de conducta relevantes en la educación integral de los jóvenes que hasta la fecha no constan.
¿Qué tutor no se ha encontrado con unos padres que se obstinan en pensar y decir que su hijo se comporta en la escuela como a ellos les gustaría que fuese?
Somos conscientes de que, lograr que el padre y la madre acudan a la cita con el tutor, supone todo un reto. Que entren con una idea subjetiva sobre el comportamiento del hijo y salgan de la tutoría con un planteamiento de trabajo conjunto, es para nota. Y, que sigan el plan objetivamente trazado, merece una medalla para todos los implicados en el proceso.
Este método cobra sentido en cualquier momento, y todavía mucho más cuando “pasar de curso” con asignaturas pendientes no causa problema alguno. Y no es que una nota importe en sí misma, lo relevante es conocer por qué se obtiene.
Los padres han de saber que las correcciones del maestro, en cuanto a la conducta del chico se refieren, son imprescindibles para su crecimiento emocional; y que este influye en su aprendizaje cognitivo.
La educación escolar tiene un cometido especial: establecer vínculos afectivos que permitan a los alumnos el desarrollo de la inteligencia emocional y social necesario en el proceso cognitivo.
Se trata de una tarea motivada en parte por la casuística educativa familiar y social que vienen experimentando desde su infancia los jóvenes de hoy. En un breve análisis, se tiene:

El avance tecnológico en los sistemas de comunicación audiovisuales ha experimentado un desarrollo espectacular, en una coyuntura de bonanza económica que los hace omnipresentes; y van a su aire.
La comunicación educativa padres-hijos se viene aparcando en tierra de nadie -Internet- o, en el mejor de los casos, se cede a los abuelos; y ahí permanece.

El Gobierno de turno, encargado de establecer el Sistema Educativo, se empeña en proclamar una enseñanza a la carta donde intervienen todos menos el que sirve (el profesional); a los docentes se les deja sin posibilidad de maniobra educativa, aunque no escatimen en esfuerzos por lograr una enseñanza de calidad.
Las exigencias de los padres se incrementan exponencialmente, tanto más cuanto menos intervengan ellos mismos en la educación del hijo; ven al profesorado como cuidadores ligados a la oferta y demanda.
De alguna forma, la calle recoge los frutos del sistema educativo en boga: mientras en la escuela se experimenta con aquello de “prohibido prohibir” se decretan normativas para controlar el ruido o fumar, circular, etc., a sabiendas de que esto no es la panacea.
De hecho, algunos siguen pensando que las normas están para saltárselas si no te ven, claro está; y los más jóvenes viven en su república independiente, así pues, qué no les vengan con normas.
Quizá PITÁGORAS dio en el clavo cuando afirmó: <<Educar a los niños para no tener que castigar al adulto>>.
¡Bienvenida sea esa propuesta!

CON TERNURA Y OPTIMISMO

La historia se escribe con vida. Hay historia porque existen seres vivos capaces de contarla.
También los valores se viven porque se transmiten. Narrar la propia historia familiar es un método natural de compartir valores; aunque puedan surgir dudas sobre cómo hemos vivido aquellos momentos y cómo los rememoremos ahora.
¿Qué contamos a los hijos de nosotros como tales? ¿Qué sentimientos albergábamos de nuestros padres, abuelos, hermanos, parientes, amigos, profesores, etc.? ¿Qué observan los pequeños de nuestras atenciones hacia los mayores sus abuelos? ¿Cómo expresan los pequeños sus sentimientos ante sus padres, hermanos, abuelos, parientes, amigos, compañeros, profesores, etc.?

Para iniciar cualquier proceso de acercamiento que nos permita concretar una propuesta (en este caso un valor) conviene escucharnos y escuchar.

Al revisar nuestros recuerdos (escucharnos) habremos de tener en cuenta que estos no constituyen una imagen fiel de lo acontecido. Ponerlos en cuarentena y acudir a las personas que, en alguna medida, participaron también de nuestras vivencias ayuda a poner en orden los sentimientos y a pensar de manera imparcial.

Escuchar forma parte de la función de relación que define a la persona, y de la importancia que demos a ello va a depender el tipo de sociedad que establezcamos.

Por sí misma, la capacidad de relación es un valor intrínseco a la vida, por tanto, objeto de evolución y desarrollo. Pensar en cómo alimentar esta función nos lleva a concretar dos valores: ternura y optimismo.

La ternura va ligada al sentimiento de aquel que observa al recién nacido fascinado por su encanto, mezcla de misterio y agradecimiento.
El optimismo visto no tanto desde el tópico de cómo vemos el vaso medio lleno o medio vacío sino, más bien, si somos capaces de desarrollar las ideas desde la óptica propia y ajena.

Es cierto que una cosa es la teoría y otra la práctica.

Comenzar la jornada laboral sin haber pegado ojo por los llantos del hijo pequeño que lleva así desde que nació, no resulta tarea fácil; y procurar la convivencia con ternura y optimismo parece misión imposible.

¿Cómo podemos tranquilizar los ánimos en situaciones adversas? Nos podemos preparar, por ejemplo, para:

ü Observar y anotar
Por ejemplo, en un folio situado de forma visible que incluya una tierna instantánea del pequeño, anotaremos las incidencias de la noche y el día, semana tras semana. ¡Algo le sucede al pequeño llorón! Y nos corresponde dar con ello por su bienestar. Bien sea en el pequeño, o ya sea nuestra conducta, algo no va como debiera.
Mientras los doctores observan profesionalmente al pequeño, los padres puede verle con esa mirada del primer día que revisa y repasa, que es capaz de dar con algún detalle que desvele el porqué, que les dé pistas que contar al facultativo en la consulta.

ü Liderar la coherencia
Los mensajes hacia el niño han de ser positivos aun cuando el comportamiento requiera un castigo. Un lenguaje cariñoso no impide que éste sea firme y riguroso.
Los pequeños, aunque no lo manifiesten, se sienten desvalidos ante manifestaciones agresivas (gritos, insultos, descalificaciones, determinados gestos, etc.) y las carantoñas que puedan surgir después las aceptan, pero les descoloca.

ü Estimular la confianza
Evitaremos culpabilizar a otros, realizar comparaciones, amedrentar como tampoco adular. La visión optimista tiene aquí un papel preponderante, ya que se trata de completar el vaso de estímulos que generen vida. A los pequeños observadores no se les escapa una:
  1. Si viven criticados, aprenden a condenar.
  2. Si viven con hostilidad, aprenden la violencia.
  3. Si viven avergonzados, aprenden a sentirse culpables.
  4. Si viven con estímulo, aprenden a confiar.
  5. Si viven con equidad, aprenden a ser justos.
  6. Si viven en el amor, aprenden a amar.
ü Mantener el compromiso
La ilusión y la desgana son dos caras del compromiso. ¿Estoy dispuesto a dar respuesta honesta y decidida a lo que el día me depare hoy? Comprometernos es objeto de ejercicio diario, y los pequeños lo captan.