Lazos de Alma

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sábado, 21 de enero de 2012

LA INCOHERENCIA, LA MENTIRA

La incoherencia pesa demasiado en las sociedades opulentas, y no opulentas. Es una de las lacras que afecta a la educación del menor, al ser ejemplo de un comportamiento mezquino que irrumpe en el desarrollo emocional con efectos devastadores.

Faltar a la verdad de los hechos, se convierte en un hábito que no tiene ‘consecuencias’; al menos eso se piensa y prima en la sociedad actual. ¡Mentirijillas! Se ventean mentiras con el aquel de que «el fin justifica los medios».

En ocasiones, la persona se erige en un símbolo social postizo, venido de un pasado en tercera persona. La incoherencia salta pronto a la vista de todos cuando esa persona vive su vida en primera persona. Ya no es el abuelo o la madre. Ahora es el protagonista de su ego.

De ello habla Alfonso Ussía en su artículo, El coherente.

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