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jueves, 16 de enero de 2014

FILOSOFÍA Y SALUD MENTAL

Enlazo hoy un artículo que reconozco valiente...

Es en parte continuación de una entrada reciente "un idioma universal" donde mencionaba el libro LA CONEXIÓN DIVINA de Francisco J. Rubia.

En el artículo de hoy -como en el libro- cada uno puede reflexionar sobre el significado de la filosofía en la historia de la humanidad y extraer sus conclusiones.

Que el ser humano se debate, al menos, entre dos posiciones contrapuestas más la correspondiente a la ambigüedad, se sabe como que en la Tierra hay luz, oscuridad y penumbra.


Si nos empecinamos en no salir del encasillamiento que supone estar ligado a determinados pensamientos, no importa su signo, a lo sumo seremos capaces de dar el salto a la zona de ambigüedad; cuando nos sintamos decepcionados.

¿Queremos un cambio?

Si uno es valiente sabe que ha de salir del estado de seguridad que le proporciona seguir la línea marcada por otros. Pero la libertad de pensamiento no mueve montañas, ¿o sí?

El asunto que trae el artículo es, CONTRA FILÓSOFOS.
¿Qué pasa con el pensamiento filosófico? ¿De dónde viene y hacia donde nos conduce?
¿Somos capaces de analizar el pensamiento de otros y llegar a conclusiones que se ajusten a los principios que promulgan los pensadores que aplaudimos? 
Si miramos a nuestro alrededor encontraremos a muchas personas que pretenden vivir y dejar vivir. Encontramos también otra gente deseosa de medrar sin escrúpulos y a aquellos que tienen tomado el pulso al logro con violencia. Ahí tenemos representados a la ambigüedad la luz y la oscuridad. Y ¿dónde queda la libertad?

Puede que algunos comprendan lo que intento transmitir que no existe libertad sin pensamiento personal alejado de cualquier teoría -y mucho menos ideología- al uso. Considero que cualquiera que desee ayudar al prójimo ha de mantener, primero, una conducta coherente en su entorno. Por ejemplo:
Si la fruta que se vende barata en el puesto tal viene de robos a agricultores: no la compraré.
La conducta farisaica de pronunciar una cosa (rezar) y hacer la contraria, es uno de los signos significativos de una sociedad basada en la apariencia.
Es posible que para dejar de ser aparente se tenga que pasar a ser incómodo... ES EL PRECIO DE LA LIBERTAD.
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