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miércoles, 13 de febrero de 2013

NO HAY QUE TEMER A LOS CAMBIOS

Uno de los temas de rabiosa actualidad es la educación...

Sin duda la 'renuncia' del Papa en su día pone de relieve los errores en artículos de prensa que hablan de 'dimisión'. Me centraré en el asunto de la educación, y de cómo hemos llegado a confundir el significado de vocablos como 'renuncia' y 'dimisión'.
Allá donde uno vaya se topa con alguien que muestra su descontento, bien sea por lo que hay o por lo que pueda venir.

Escuchas a los profesores universitarios quejarse de que los alumnos llegan sin los conocimientos previos necesarios; dicen que ante esta situación han de convertirse en profesores de instituto. Pero, son los mismos profesores quejosos de la situación académica que padecen, quienes ven al 'coco' cuando se les menta algunos cambios que, a su entender, hacen temblar los cimientos de lo que hay, y de lo que curiosamente reniegan aunque lo defiendan a ultranza cuando algo (alguien) ose amenazar su posición económica o laboral.

¿Por qué algunas personas manifiestan temor a los cambios? ¿Qué sucede en su cerebro que anula el raciocinio, el sentido común o la creatividad?

Si recurrimos a la canción "salud, dinero y amor" las tres cosas que en la vida llaman nuestra atención, se podría decir que el dinero está detrás de la captura "a traición" del raciocinio y el sentido común. Y digo "a traición" porque soy de aquellas personas que creen en la bondad del ser humano.

Reconocer que la salud ocupa el primer puesto en el podium es señal de que la vida te ha colocado en situación de valorar el sentido de la existencia, y de que (y esto es lo relevante) tú has sido sensible a ello.
A veces no conoces a las personas que se encuentran recibiendo cuidados paliativos. En otras ocasiones te son cercanas por amistad, por experiencia propia o familiar.
Sea como fuere, las reacciones ante la aflicción siguen motivando el encuentro con el dinero: "si tienes dinero, puedes afrontar mejor cualquier desequilibrio en tu salud", "las penas con dinero son más llevaderas", etc.

La relatividad es causa común en cualquier actividad concerniente a la vida que conocemos; todavía no se ha podido lograr una teoría científica que unifique la teoría de la mecánica cuántica y la relatividad general. Quiero decir con ello que la dualidad, lo posible está presente al inicio de este siglo XXI.

No parece viable el querernos posicionar en logros anteriores porque es como ponerse la venda a ojos cerrados.

Ayer, mientras escuchaba al conferenciante, investigador de la Universidad de Valencia, que nos hablaba de los leds orgánicos, veía el entusiasmo de alguien que utiliza su intelecto sin que le amedrente el hecho de si tiene o no tiene presupuesto porque su investigación se hará allá donde él vaya.

Recuerdo cuando hace años recibía yo clases de técnicas de venta: el ejemplo deja claro lo que hace un emprendedor ante una crisis. En su día recogí mis experiencias en la venta, y como docente, en el libro "El vendedor universal" (2003, Pirámide) donde explico el asunto de un emprendedor gallego que ante la sequía que llevaba padeciendo la zona, y viendo que si no tomaba medidas iba a tener que disminuir la plantilla de su fábrica de paraguas, optó por buscar una zona en la que la lluvia se cebase en aquellos momentos. Y fue en un lugar lejano, en Japón. Allí se fue a vender su mercancía de tal modo que pudo ampliar su plantilla debido al éxito de sus paraguas acostumbrados a padecer la climatología santiaguesa.

Uno no tema al cambio cuando cree en sí mismo y en lo que hace.

¿Quién teme a los cambios, cuando ya están aquí?

Aquello de que "la mente es como un paracaídas que solo funciona cuando está abierto" es una de esas frases logradas.

Por mi parte, y a mi edad que deja paso a una amplia perspectiva de vivencias variadas y diversas, percibo:
demasiado acomodo y poca iniciativa; demasiadas quejas y propuestas nada creativas; demasiados pensamientos tóxicos y visionarios del futuro desde la nostalgia...
Los auténticos generadores del cambio acaban de nacer, como aquel que dice. Y son sus padres quienes están marcando las pautas para que los hijos se sitúen o no, en la posición de salida que les lleve a potenciar sus capacidades: es ese el reto, que cada cual lo puede tomar a su manera.


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