Lazos de Alma

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miércoles, 20 de febrero de 2013

EL CANAL DE LA SINRAZÓN


Cuando recibí el correo que comparto, supe que la autora era lo que decía ser: una profesora que trabaja con niños y niñas de eso que llamamos ESO.

Es lo que tiene hablar desde el ruedo, y no como lo hacen aquellos que ven los toros desde la barrera. Por mi parte, los que me conocen saben que realizo mis comentarios desde la óptica de la experiencia, y que intento poner énfasis en lo que hoy abunda: el canal de la sinrazón, titulo.

Dedicado a los que sois profesores, maestros y padres (C. García)

Aunque parezca cómico, cualquier maestro o profesor nos hemos enfrentado (y seguimos haciéndolo) a situaciones parecidas a la transcripción que hago de una clase de Inglés con 1º ESO, a quinta hora, un jueves por la tarde. Puede parecer exagerado, pero lo que relato es verídico y exacto. Por su puesto, los nombres de los alumnos son ficticios para que su comportamiento quede en la intimidad de la clase.

Yo: Bueno chicos, hoy vamos a estudiar el vocabulario de los alimentos en las comidas. Copiad las cinco categorías que escribo en la pizarra, y en cada columna vais a escribir en Inglés todas las palabras que os sepáis.
Amanda: ¿En Inglés?
Yo: Sí, mejor que en Ruso, en Inglés.
Luis: Profe, ¿cuántas categorías?
Yo: Cinco. Las que hay en la pizarra.
Luis: A mi no me caben.
Yo: Prueba a poner la hoja apaisada
Luis: ¿Qué significa apaisada?
Yo: Horizontal, o sea, así (lo demuestro visualmente).
Juan: ¿Qué título ponemos?
Yo: Prueba con 'Food' que es el que he escrito en la pizarra.
Fran: ¿Puedo hacerlo a lápiz?
Yo: No, no puedes. Ya sabes que en el cuaderno se escribe con bolígrafo.
Jessika:¿Cómo se dice pepino?
Yo: He dicho que escribáis el vocabulario que sepáis vosotros. No el que sepa yo.
Noel: ¿El huevo es una verdura?
Yo: No, no es una verdura
Federico: ¿Qué título ponemos?
Yo: Lo he dicho ya dos veces.
Amanda: ¿Se puede poner 'rechicken'?
Yo: No, porque repollo no se dice así en inglés (risas generalizadas).
Nieves: ¿Cómo se dice calamar?
Yo: He dicho que escribáis el vocabulario que sepáis vosotros. No el que sepa yo.
Jesús: ¿Hay que escribirlo en el cuaderno?
Yo: Pues, a no ser que quieras escribirlo en la mesa....
Ricardo: Profe, ¿pero, qué hay que hacer?
Yo: ¿Pero tú te has lavado las orejas esta mañana?
Fran: ¿Puedo poner pollo en la categoría de postres?
Yo: En este continente, no.
......................................
10 minutos después
Yo: Bueno, ahora vamos a empezar. Levantáis la mano y vais diciendo palabras; yo las escribo en la pizarra. Empezamos con las verduras.
(Levantan la mano 10 alumnos y todos gritan a la vez distintas verduras.)
Brócoli!
Carrots!
Salad!
Pepination!
Eggs!
Yo: He dicho que los huevos no son una verdura. Y por favor, levantad la mano y esperad a que yo os nombre para decir la palabra porque no tengo diez orejas para entenderos a todos al mismo tiempo. ¡Arturo!, no le pases notitas a María, qué se las leo al resto de la clase.
Arturo: ¿Con cuál empezamos?
Yo: Con las verduras. Empieza tú, Marisol.
Marisol: Es que se me ha olvidado el cuaderno en casa.
Yo: ¿Y qué llevas haciendo estos 10 minutos, criatura? A ver, hazlo tú, Pepe.
Pepe: ¿quién, yo?
Yo: Eres el único Pepe que hay en la clase, así que vas a ser tú.
Pepe: Orange
Yo: La naranja me la pones en frutas, por favor.
Juan: Profe, el otro día oí un chiste verde, ¿puedo contarlo?
Yo: Pues, aunque haya verduras de por medio, no puedes contarlo.
María: ¿Esto cae en el examen?
Yo: Bueno, puede que tengáis suerte y para entonces esté recuperándome de esta clase en un sanatorio mental, y entonces no habrá examen.
Todos: BIEEEEEN!

¡Y luego hablan de las vacaciones de los maestros! Yo os aseguro que con cuatro de estas clases al día, alguno ya estaría pensando en el suicidio tirándose al tren o al autobús.

Pues sí. Esto es lo que tenemos con lo que hay: una ley educativa que lo que ha logrado en sus más de veinte años en vigor es mantener a nuestros jóvenes instalados en la era de la desfachatez y el desconocimiento. (No de todos, por supuesto).

Y conociendo esta realidad, a juicio de la calle hemos de seguir inamovibles porque podemos volver a unos años 'terribles'. No comprendía de niña, y mucho menos ahora, esa idea de retroceso personal que se intenta generalizar.

Lo terrible es que el gusto por aprender no forme parte de la cultura. De esa cultura de la que creen formar parte aquellos 'artistas' que rieron en sus clase con alguno de tantos profesores que trataron de que su mente se abriera, pero que ellos mantienen cerrada por cuestiones de partido (del signo que sea).

Es triste que llamemos CULTURA a cualquier cosa. Cuando es la cultura de los pueblos lo que les catapulta a horizontes de progreso, o les hunde en la miseria.

Si en las últimas décadas la CULTURA no hubiese sido torpedeada por la sinrazón, la crisis en la que nos hemos metido (sí, va siendo hora de que dejemos de echar balones fuera), no tendría el cariz que cual punta de iceberg vemos emerger como titulares de tanto despropósito, en negrita.

1 comentario:

Marta L. dijo...

Qué bueno el artículo de "El canal de la sinrazón". Me he reído mucho con la clase de inglés, y es absolutamente verídico jajaja, qué paciencia hemos de tener los profes, es un don con el que se nace