Hoy celebran su patrona: los mineros, geólogos,
arquitectos, albañiles, canteros, carpinteros, techistas, electricistas, los
campesinos, carniceros, cocineros, campaneros, sombrereos, sepultureros,
artilleros, armeros, bomberos, trabajadores de fuegos de artificio; santa Bárbara les protege
contra explosiones, muerte súbita, tormentas especialmente eléctricas,
relámpagos, fiebre, infecciones,...
Pero lo que llama mi atención de esta santa de la torre (su leyenda se establece con escasa fiabilidad hacia el año 290), es la sabiduría popular que la recuerda: "A santa Bárbara se menta, solo cuando hay tormenta"; en clara alusión a las personas descuidadas que no preveen y que se desesperan ante las situaciones conflictivas.
En efecto, eso de vocear que algo no va bien solo cuando ya se está en el fondo del pozo, y sin cuerda, es cosa de gente nada previsora: con independendencia de cargos, del puesto de trabajo que se ocupe, de la nacionalidad, del sexo, del coeficiente intelectual o emocional "testado"... a muchas personas, gente anónima que en el año 2012 (y venideros) han de hacer frente al estado crítico de una nación "atascada en sus deudas" por no verlas venir, a esas personas que fueron previsoras que no le vengan ahora los que hablan del "estado del bienestar" a darles lecciones de algo que no saben lo que es.
Hay que hablar de lo que se practica, para tener credibilidad. La coherencia es el principio de la autocrítica. Ahora bien, si a lo que uno se dedica es a ver la paja en el ojo ajeno, la viga en su propio ojo le pasa desapercibida. Algo de eso estamos viendo en el partido político que gobernó nuestro país y lo dejó patas arriba: la viga les ciega una mirada de autocrítica desde la coherencia, y siguen aferrados en la búsqueda de la paja en el otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario