La vida de todo ser humano comienza como diseño femenino...
Las hormonas para el cambio comienzan a diferenciar la masculinidad hacia la sexta semana de la concepción. Ya en la madurez, los hombres vuelven a la niñez al perder testosterona.
Aunque conozcamos por experiencia propia lo que nos une y diferencia del otro sexo, viene bien escuchar lo que razonan los científicos neurobiólogos a la luz de los descubrimientos realizados en las últimas décadas.
La educación de los pequeños y los adolescentes requiere conocerles, en el amplio sentido que conlleva el vocablo. Los padres, los maestros..., la sociedad en su conjunto tienen en cada época la disciplina correspondiente que les ayuda en ese proceso de conocimiento como seres humanos llamados a la cooperación.
En su momento la Filosofía como ahora la Neurobiología, aportan su granito de arena para la convivencia. El hecho significativo es que la ciencia ha venido a decirnos, con imágenes del cerebro que antes no veíamos, que los comportamientos diferentes de varones y mujeres se han de apreciar como procesos biológicos que nos unen.
¡VIVAN LAS DIFERENCIAS QUE NOS UNEN!
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