Ahora, con
los preparativos para las reuniones familiares navideñas, viene bien recordar
alguna que otra receta (que no conoce el paso del tiempo) con la que sorprender a quienes nos rodean y, también, a
los parientes y allegados que no podremos abrazar por su lejanía física o emocional.
Los ingredientes de esta "Receta de la felicidad" que circula en la Red, resultan familiares:
Cada persona puede darle el toque personal en su elaboración cotidiana, partiendo de estos ingredientes.
¿Quién no guarda sus recuerdos infantiles? Buenos son cuando sabemos reírnos de nosotros mismos y somos capaces de comprender las actuaciones de los demás.
¿Qué decir de la sonrisa? Con el paso del tiempo, nuestro rostro refleja la actitud tomada ante la adversidad que a todos llega. "La cara es el reflejo del alma".
¿Cuánto pesa la esperanza en nuestra toma de decisiones? Si somos o no capaces de tomar distancia emocional a la hora de acometer las acciones necesarias cuando vienen mal dadas.
La ternura, tan etérea ella, necesaria como lluvia fina que cala nuestras acciones: ¿cómo la compartimos en el día a día? Quizá la vamos mendigando cuando en realidad hay que regalarla.
El cariño, ese afecto natural hacia lo que nos rodea, es la guinda que da color a nuestra vida.
La alegría, tan sanota y vital, cuesta llevarla en la mochila: ¿cómo se puede estar alegre con lo que sucede a diario en el mundo? Sí. Difícil. Sin embargo la pregunta vital es otra: ¿qué puedo hacer hoy y aquí para que cambie a mejor la situación de alguien en concreto? Porque "obras son amores y no buenas razones". ¿Dónde están las obras de quienes dan razones?
La locura forma parte del emprendizaje: ¿quién osa desafiar a los mercados, a los dignatarios, a las personas que viven de medrar desde las ideologías,...? Tomar la decisión de emprender una acción de defensa judicial, pongo por caso, requiere salirse de la tangente y eso requiere agallas.
Del amor se habla, bla bla bla, grade cosa, tan grande que...¿qué cosa es? ¿dónde se halla? ¿somos conscientes de su ausencia? Siendo el ingrediente para la vida se utiliza: ahí está la clave, NO SE PUEDE UTILIZAR PORQUE PIERDE SU NATURALEZA.
La paciencia, reina de la magnanimidad y de la bondad, es el ingrediente del aprendizaje: no hay prisa, sin pausa se alcanza la sabiduría que reina en el corazón de cada ser humano.
Sea como fuere, con estos ingredientes se puede preparar un año 2013 a gusto personal: fuera de las tendencias de mercado, de las presiones de los magnates propietarios de los medios de comunicación,...
Y es que, alivian los problemas de los demás quienes están a su lado.
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