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martes, 17 de abril de 2012

INCOMUNICACIÓN

Es curioso comprobar la actitud emocional que puede reflejarse en un email, sin que la persona se percate de ello: desde el asunto y el saludo inicial, pasando por los deslices ortográficos, hay toda una retahíla de señales que airean el ánimo del interlocutor.

Y es grato leer lo bien que describe ese tema el autor Daniel Glattauer, en su novela Contra el viento del norte (Alfaguara, 2010); finalista del prestigioso German Book Prize, se ha convertido en un bestseller traducido a treinta y dos idiomas, ha tenido también gran éxito en forma de radionovela, obra de teatro y audiolibro.
Tuve ocasión de leerla  el pasado año en el Club de Lectura de la Biblioteca Municipal Juan de Timoneda, y disfrutar del coloquio posterior que dirige mensualmente la técnico de la biblioteca.
La trama se inscribe en un paseo emocional entre dos desconocidos que conectan vía email debido a un equívoco 'normal' en este medio de comunicación; tal y como puede leerse en un resumen que se deja en abierto.

Se pueden descubrir ahí unos cuantos 'deslices' emocionales, y valorar el intento de justificación sin que la persona entre en las causas reales de sus 'despistes'.

Para mí, novelas como ésta son 'pedagogía andante' de un análisis de conductas que llevan y traen incomunicación.

Tras un extracto en abierto de la novela, inserto un vídeo que refleja el asunto: INCOMUNICACIÓN. 


CONTRA EL VIENTO DEL NORTE
15 de enero
Asunto: Baja
Querría anular mi suscripción. ¿Es posible hacerlo por esta vía?
Un cordial saludo,
E. Rothner

18 días después
Asunto: Baja
Quiero anular mi suscripción. ¿Es posible por correo electrónico? Les ruego me envíen una breve respuesta.
Un cordial saludo,
E. Rothner

33 días después
Asunto: Baja
Distinguidos señores de la editorial Like:
Si la finalidad de su insistencia en pasar por alto mis intentos de retirar una suscripción es vender más números de su producto, cuya calidad no cesa por desgracia de bajar, lamento comunicarles que no pienso seguir pagando.
Un cordial saludo,
E. Rothner

Ocho minutos después
Fw:
Se ha equivocado usted de dirección. Ésta es mi dirección particular: woerter@leike.com. Usted quiere escribir a woerter@like.com. Es la tercera persona que me pide que le dé de baja de la suscripción. La revista debe de haberse vuelto francamente mala.

Cinco minutos después
Re:
¡Oh, perdón! Y gracias por la aclaración.
Saludos,
E. R.

Nueve meses después
Sin asunto
Feliz Navidad y un próspero año nuevo, les desea Emmi Rothner

Dos minutos después
Fw:
Querida Emmi Rothner:
Aunque casi no nos conozcamos de nada, le agradezco su cordial y sumamente original correo colectivo. Sepa que adoro los correos colectivos dirigidos a una masa de la que no formo parte.
Atte., Leo Leike

18 minutos después
Re:
Perdone que le moleste por escrito, señor Atte. Leike. Se me deslizó usted por error en mi cartera de clientes, cuan do hace unos meses quería anular una suscripción y por descuido escribí a su dirección de correo electrónico. La borraré ahora mismo.
P. D.: Si se le ocurre una expresión más original que «feliz
Navidad y un próspero año nuevo» para desearle a alguien «feliz Navidad y un próspero año nuevo», le ruego me la comunique.
Hasta entonces: ¡feliz Navidad y un próspero año nuevo!
E. Rothner

Seis minutos después
Fw:
Le deseo unas felices fiestas y me alegro por usted, pues tiene por delante uno de los ochenta mejores años de su vida. Si llega a abonarse a los días malos, no dude en escribirme—por error— para que la dé de baja.
Leo Leike

Tres minutos después
Re:
¡Impresionante!
Saludos,
E. R.
38 días después (….)

15 minutos después
Re:
Querido señor Leike:
Ahora sí que me sabe fatal. Por desgracia, tengo un defecto crónico «ei», mejor dicho, «e» delante de «i». Cuan do escribo deprisa y viene una «i», se me escurre siempre una «e». Lo que sucede es que las yemas de mis dos dedos corazón se hacen la guerra en el teclado. La izquierda siempre quiere ser más rápida que la derecha, pues soy zurda de nacimiento y en el colegio me invirtieron la polaridad. Hasta hoy, la mano izquierda no me lo ha perdonado. Siempre mete una «e» con la yema del dedo corazón antes de que la derecha pueda poner una «i». Disculpe la molestia, (probablemente) no volverá a ocurrir.
Que tenga una buena tarde,
E. Rothner


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