Lazos de Alma

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lunes, 24 de octubre de 2011

LA DUDA

Es quizás con Descartes (1596-1650), padre de la “duda metódica”, cuando el planteamiento de que nada puede escapar a la búsqueda de una “evidencia indubitable” se convierte en premisa de cualquier disciplina.

También  otros pensadores, los músicos, dejaron  su impronta  al respecto. Pongo por caso a Giosseppe Tartini (1692-1770), que en una de sus compossiciones “Sonata al trino del diablo” se sumaba a esa duda existencial que acompaña a los seres humanos de manera intermitente; puesto que de otra forma el desarrollo se detendría ante elucubraciones permanentes sin toma de decisión alguna: la propia idea de actuar implica dejar de dudar, tomar partido por algo concreto.

Duda el diablo de Tartini entre si vibrar de júbilo o dejarse llevar por un vendabal que arrasa lo que se ponga en su camino.

Ahora (2011), también estamos espectantes ante la duda de gritar encolerizados o dejarnos llevar por la masa fermentada de una inconsciencia consciente, que busca sin saber lo que quiere porque es un ser que siendo anda permanentemente buscándose.



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