Años veinte. Aquellos años locos del siglo pasado, cuando la fiesta era la razón de ser.
Ahora, 2012, en Sada se muestra otra forma de entender la fiesta. Dejar atrás la inconsciencia generalizada y salir al encuentro de la ilusión, la imaginación, la creatividad...
Como uno más de la villa, la familia recorrimos las calles ataviadas como correspondía a la fiesta. Dejo sólo mi foto, por razones de privacidad.
Sombrero-abanico.