Lazos de Alma

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miércoles, 20 de junio de 2012

¿QUÉ ES LA VIDA?

Ayer acudí a escuchar la conferencia de Mar Cortina, psicóloga  y presidenta de la Asociación Española de Tanatología, que tuvo lugar en el Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero de Valencia. La suya, ¿Qué es la vida?, ha sido la segunda del ciclo de conferencias “La otra cara de la vida”. El escuchar a personas dedicadas a que la muerte forme parte de la vida, en sociedades técnicamente avanzadas, nos puede parecer fuera de lugar.

Hoy se vive para ganar dinero, tiempo, belleza, cuota de mercado, posición social, etc., y la muerte no forma parte de esos afanes. Sin embargo, todos, y todos los días experimentamos la pérdida (muerte) de ilusiones, sin ir más lejos.
Los jóvenes nos dan lecciones al respecto: si les preguntas sobre el recuerdo de una pérdida, responden con coherencia “el chupete”.
Efectivamente, entre tantas sugerencias de vida eternamente jóvenes, nos hemos olvidado de sentir. Algunos, por no sentir la pérdida del trabajo y el aspecto económico que conlleva, posponen la jubilación. Estamos ante una sociedad vacía de contenido: el continente ¡de lujo!, por el bisturí y el gimnasio.
El espíritu, que se llena de la belleza de un concierto, de un viaje en compañía, de unos fines de semana en familia, de una lectura compartida..., de trabajar anónimamente por los demás, de llenar el espíritu: ¡a eso se le tiene miedo!
Me gustaron las frases con las que la conferenciante razonaba la manera hipócrita (utilizó ese calificativo) de tratar los asuntos de los demás: “todo se arreglará” “no te preocupes” “no es para tanto”… Muchos, escuchan esas frases hechas que significan “no tengo ni tiempo, ni ganas de pensar y..., ¡mucho menos de calzarme tus zapatos!”.
Yo misma he sentido esa "abandono emocional" de alguna persona que conocía de primera mano mi situación laboral: en paro a los sesenta años, tras más de dos décadas en la empresa, por una de esas decisiones en la que se constata lo sabido, que eres un número para aquellos empresarios a quienes en mis clases de Administración de Empresas nombraba por su epíteto “negociante”, puesto que cualquier generalización es falsa e injusta.
A lo que iba, en esta difícil situación en la que aún me encuentro (en paro), hay quien va diciendo que estoy jubilada. “¡No es para tanto! ¿Para qué necesitas el dinero?”: me he tenido que oír de personas con título académico adecuado para la ayuda.
Lecciones yo no puedo dar, pero mis sentimientos sí que los puedo compartir: de ello habló, e hizo hincapié Cortina. Por eso es tan importante que quienes eduquen o formen a educadores incluyan en la teoría sus propias vivencias al respecto. De ahí que cobre fuerza la idea que conlleva la sinergia en los equipos; por ejemplo:

El material de un curso, cualquiera que fuere, independientemente de a quién se dirija, no debiera completarse únicamente por personas teóricas porque no pueden, por mucho que lo intenten, expresar los sentimientos de aquellos que lo viven en primera persona.
Los docentes hemos razonado entre nosotros que quienes hacen los Planes Educativos no tocan aula. También cuando asistimos a cursos de formación, notamos si el docente es un teórico de la materia.
¡Cuidado! La imagen tiene su autor. Lo digo por si alguna persona quiere utilizarla. Aquello de la propiedad intelectual se lleva malamente, al menos, en nuestro país. En otra ocasión, contaré mis experiencias con "el aparato auditivo científicamente ajustado a las vocecitas".

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