FORMAR AL FORMADOR

Cualquier profesión, y la docencia en mayor medida (pienso), requiere de una puesta al día permanente.

El otro día me llegó un correo con preguntas de exámenes, y las correspondientes respuestas 'increíbles' de los alumnos.

Desde luego, las contestaciones eran para ponerse a llorar, pero también me llamó la atención la forma de preguntar. Y es que, la forma de preguntar en los exámenes da pistas sobre la didáctica seguida en el aula

Es fácil culpar a los alumnos que no tienen ninguna 'ilusión' por aprender; sin embargo, tampoco los profesores están hoy demasiado animados al estudio diario que mejore su práctica docente.

Y sí. Digo bien, estudio diario. La exigencia personal se transmite cuando se practica, y cuando se exige a los demás causa desprestigio e incluso desgana.

Ayer, en las sede del CDL, estaba convocada una reunión de la Comisión de Pedagogía para ver de poner en marcha la programación de formación  al profesorado (sin coste económico alguno). Asistimos dos personas.

Sacar adelante la formación, la educación de nuestros futuros gobernantes, está ahora en nuestras manos; en las del colectivo docente que ve mermado su sueldo, al que se le incrementan las horas de trabajo, al que la sociedad mira de reojo y a quienes los padres culpan de la mala educación de los hijos. Tantas 'lindezas' motivan poco.

Pero los adultos sabemos que eso de la 'motivación' o es personal (propia), o estamos vendidos a merced de los vaivenes 'socioculturaleseconómicostransnacionalesvirtualescosmológicos'...

¡Vamos! Que te das tú la 'palmadita' y tiras de la cuerda sin mirarte el ombligo.