Lazos de Alma

Páginas

miércoles, 28 de diciembre de 2011

FOTOCOPIAS ANIMADAS

Fotocopias animadas (El alma plagiada), es el título que di a una recopliación de relatos que comencé a escribir en el año 2002, y que registré en 2005. Y la tertulia sobre la tibieza de la tarde del pasado lunes me llevó a retomar ayer su lectura.

Como quiera que los tertulianos quedamos emplazados a comunicarnos los propios recuerdos familiares que aporten luz sobre dicho asunto, comienzo hoy con la introducción de unos relatos que revelan, a mi entender, que la tibieza no forma parte de la conducta de Dolores, protagonista de los relatos.

 

Al emigrante, viajero que no olvida sus ancestros.


Cuanto más avanzas en edad, más posibilidades de diálogo te ofrece la línea temporal que estés utilizando en la vida.
La de esta historia nace en La Coruña de mediados de siglo en la última centuria del milenio pasado; e intenta reflejar el devenir de unos acontecimientos ligados al sentimiento que cada alma intuye tropecientos una vez repetida.
Y es una de esas clonaciones la que da vida a los relatos que siguen. En cada uno de ellos, el clon revela una copia. ¡Son tantas las que pueden surgir del espíritu! Cada una de ellas deja entrever ciertos rasgos diferenciales sobre cómo se puede percibir el alma: ¿de trapo o de bayeta?

Qué pensar sobre el significado de estos dos vocablos que sirven de guía a Dolores (personaje central de los relatos), puede ayudarnos a comprender las experiencias vividas por cada pueblo, cada persona, como un reflejo de lo mucho o poco que somos capaces de escribir en nuestra línea de vida para aprender a reírnos de nosotros mismos y con los demás.
Alma de trapo, de ser entendido éste como anaco de tea vello o paño estragado o velamen de un barco, puede apreciarse cual brial venido a menos y dar pie al sentido con el que muchas gentes lo miran: desechándolo por inútil por inservible. ¿Acaso, es un andrajo de tela con el qué trajinar por el mundo? O, bien mirado, ¿resulta ser el compañero en el qué verter aquellas penas recónditas del ánimo cuya arca para la vida, sin vela, pierde su rumbo?
Qué decir del alma de bayeta, paño grueso de baja estofa, parece ser que le haya ido algo mejor. Se la tiene por una pieza fundamental en los quehaceres cotidianos para la limpieza y el embellecimiento de los enseres que conforman el entorno de una persona. Su rango, elevado a paño de algodón y, paulatinamente alterado en función de los adelantos que la ciencia y la tecnología le van procurando, le ha permitido despegarse, si cabe cada día más, del andrajoso trapo. Los ejemplos son tantos que de nada vale agobiar con ellos. Es suficiente,  dar un paseo por los pasillos de un supermercado y comprobar en cuan diferentes apodos se convierte este paño universal cuyo sustantivo adopta el género femenino: la bayeta ecológica; la bayeta multiusos; la bayeta atrapapolvo…

Digamos que, al igual que el blanco y el negro, el bien y el mal, varón o mujer, se presenta la disyuntiva para el copiado del alma: ¿de trapo o de bayeta?
Dolores va recogiendo esos momentos que de uno (trapo) y otra (bayeta) encuentra en la rúa.
(Continuará)...
M.A. Rodríguez

No hay comentarios: