Hay momentos en los que el tiempo se detiene: en Navidad.
Para algunos, los recuerdos poco gratos sobrecojen sus pensamientos.
Otros, celebran esos días en familia.
Los hay que no recuerdan a la familia.
En ocasiones, las familias olvidan que son extensas.
Sin embargo, convendría recordar que, formamos una familia extensa con un legado de amor que disipa dudas, que alumbra en la penumbra.
Nos están acostumbrando a viscerar el concepto del amor: de tanto subjetivarlo, de referirlo al sujeto, de que todo gire entorno al yo absoluto se pierde la posibilidad de observar una de las definiciones que enmarca el concepto de AMOR: hacer posible los legítimos deseos del otro.
Algo de firmeza nos está faltando en las relaciones personales: demasiados SÍ al yo, y pocos para el nosotros.
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