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miércoles, 6 de febrero de 2013

TENGO SEIS HONESTOS SIRVIENTES

Los seis honestos sirvientes de Rudyad Kiplig: "El qué y por qué, el cuándo y cómo, el dónde y quién; ellos me ensañaron todo lo que sé".

 
En el libro "El vendedor universal" (2003, Pirámide, pág. 25), se puede leer mi respuesta a una hipotética pregunta sobre el perfil profesional haciendo uso de estos honestos sirvientes:
¿Qué proyecto personal y profesional intenta alcanzar con la profesión que elige?
¿Por qué elige esa profesión y no otra?
¿Cuando empieza a tomar conciencia de su vocación?
¿Cómo piensa preparar su formación y mejora continua?
¿Dónde puede realizar mejor sus proyectos?
¿Quién es la persona adecuada para mostrarle sus intenciones?
Se vive hoy de la ignorancia, en una sociedad donde se malgasta cualquier recurso por escaso que este sea, cualquiera te puede vender su burra.
 
Se habla de la educación del menor, y se le muestra bazofia desde cualquier medio informativo ya sea escrito, visual o sonoro.
 
Si alguien osa proponerte alguna medida que a ti no te agrade, ni se te pasa por la cabeza pensar.
 
Pensar desde los seis honestos sirvientes.
 
Ya lo dijo Einstein: Mejor pregúntate durante cincuenta y nueve segundos, a lo que hayas de contestar en un minuto.
 
Pero lo que en este territorio nuestro que aún llamamos España, no nos hacemos preguntas inteligentes que amplíen el conocimiento, más bien, nos lanzamos a la piscina sin red ni agua por ser los primeros en responder.
 
¡Así nos va!


1 comentario:

Unknown dijo...

¿De quien es la brillante ídea del chirriar tan desagradable, que obliga a cortar el vídeo y cerrar la página con comentarios nada agradables para el autor del mismo y toda su familia?