Los conocimientos que llegan del esfuerzo y la dedicación de los investigadores en cualquier campo al que nos refiramos, vienen de lo que para algunos es la madre de todos los males en las sociedades capitalistas: LA TECNOLOGÍA.
Algo tan cotidiano como beber una taza de café, puede convertirse en fuente de riqueza por los antioxidantes que contiene esta bebida, y sus posos.
Eso sí, la cafetera tradicional es la que nos proporciona un café con cantidades mayores de antioxidantes, e incluso en los residuos se mantienen las mismas cantidades de antioxidantes que en la bebida.
Y ahora viene lo que para algunos comenzaría a ser un problema capitalista: se podrían recoger y utilizar los residuos de esta bebida rica en antioxidantes para tratar de incorporarlos, por ejemplo, enriqueciendo alimentos. Lo podemos ver en el vídeo.
La ciencia y la tecnología van de la mano y no hay que tenerle tanta prevención.
Lo que hemos de poner en entredicho es al dislate que discurre sin fundamento alguno y casi siempre de aquellos que siguen la ruta de mirarse el ombligo.
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