Es curioso comprobar la actitud emocional que puede reflejarse en un email, sin que la persona se percate de ello: desde el asunto y el saludo inicial, pasando por los deslices ortográficos, hay toda una retahíla de señales que airean el ánimo del interlocutor.
Y es grato leer lo bien que describe ese tema el autor Daniel Glattauer, en su novela Contra el viento del norte (Alfaguara, 2010); finalista del prestigioso German Book Prize, se ha convertido en un bestseller traducido a treinta y dos idiomas, ha tenido también gran éxito en forma de radionovela, obra de teatro y audiolibro.
Y es grato leer lo bien que describe ese tema el autor Daniel Glattauer, en su novela Contra el viento del norte (Alfaguara, 2010); finalista del prestigioso German Book Prize, se ha convertido en un bestseller traducido a treinta y dos idiomas, ha tenido también gran éxito en forma de radionovela, obra de teatro y audiolibro.
Tuve ocasión de leerla el pasado año en el Club de Lectura de la Biblioteca Municipal Juan de Timoneda, y disfrutar del coloquio posterior que dirige mensualmente la técnico de la biblioteca.
La trama
se inscribe en un paseo emocional entre dos desconocidos que conectan vía email
debido a un equívoco 'normal' en este medio de comunicación; tal y como puede leerse en un resumen
que se deja en abierto.
Se pueden descubrir ahí unos cuantos 'deslices' emocionales, y valorar el intento de justificación sin que la persona entre en las causas reales de sus 'despistes'.
Para mí, novelas como ésta son 'pedagogía andante' de un análisis de conductas que llevan y traen incomunicación.
Tras un extracto en abierto de la novela, inserto un vídeo que refleja el asunto: INCOMUNICACIÓN.
CONTRA EL VIENTO DEL NORTE
Se pueden descubrir ahí unos cuantos 'deslices' emocionales, y valorar el intento de justificación sin que la persona entre en las causas reales de sus 'despistes'.
Para mí, novelas como ésta son 'pedagogía andante' de un análisis de conductas que llevan y traen incomunicación.
Tras un extracto en abierto de la novela, inserto un vídeo que refleja el asunto: INCOMUNICACIÓN.
CONTRA EL VIENTO DEL NORTE
15 de
enero
Asunto:
Baja
Querría
anular mi suscripción. ¿Es posible hacerlo por esta vía?
Un cordial
saludo,
E. Rothner
18 días
después
Asunto:
Baja
Quiero
anular mi suscripción. ¿Es posible por correo electrónico? Les ruego me envíen
una breve respuesta.
Un cordial
saludo,
E. Rothner
33 días
después
Asunto:
Baja
Distinguidos
señores de la editorial Like:
Si la
finalidad de su insistencia en pasar por alto mis intentos de retirar una suscripción
es vender más números de su producto, cuya calidad no cesa por desgracia de bajar,
lamento comunicarles que no pienso seguir pagando.
Un cordial
saludo,
E. Rothner
Ocho
minutos después
Fw:
Se ha
equivocado usted de dirección. Ésta es mi dirección particular: woerter@leike.com.
Usted quiere escribir a woerter@like.com. Es la tercera persona que me pide que
le dé de baja de la suscripción. La revista debe de haberse vuelto francamente
mala.
Cinco
minutos después
Re:
¡Oh,
perdón! Y gracias por la aclaración.
Saludos,
E. R.
Nueve
meses después
Sin asunto
Feliz
Navidad y un próspero año nuevo, les desea Emmi Rothner
Dos
minutos después
Fw:
Querida
Emmi Rothner:
Aunque
casi no nos conozcamos de nada, le agradezco su cordial y sumamente original
correo colectivo. Sepa que adoro los correos colectivos dirigidos a una masa de
la que no formo parte.
Atte., Leo
Leike
18 minutos
después
Re:
Perdone
que le moleste por escrito, señor Atte. Leike. Se me deslizó usted por error en
mi cartera de clientes, cuan do
hace unos meses quería anular una suscripción y por descuido escribí a su
dirección de correo electrónico. La borraré ahora mismo.
P. D.: Si
se le ocurre una expresión más original que «feliz
Navidad y
un próspero año nuevo» para desearle a alguien «feliz Navidad y un próspero año
nuevo», le ruego me la comunique.
Hasta
entonces: ¡feliz Navidad y un próspero año nuevo!
E. Rothner
Seis
minutos después
Fw:
Le deseo
unas felices fiestas y me alegro por usted, pues tiene por delante uno de los
ochenta mejores años de su vida. Si llega a abonarse a los días malos, no dude
en escribirme—por error— para que la dé de baja.
Leo Leike
Tres
minutos después
Re:
¡Impresionante!
Saludos,
E. R.
38 días
después (….)
15 minutos
después
Re:
Querido
señor Leike:
Ahora sí
que me sabe fatal. Por desgracia, tengo un defecto crónico «ei», mejor dicho,
«e» delante de «i». Cuan do escribo deprisa y viene una «i», se me escurre siempre
una «e». Lo que sucede es que las yemas de mis dos dedos corazón se hacen la
guerra en el teclado. La izquierda siempre quiere ser más rápida que la
derecha, pues soy zurda de nacimiento y en el colegio me invirtieron la polaridad.
Hasta hoy, la mano izquierda no me lo ha perdonado. Siempre mete una «e» con la
yema del dedo corazón antes de que la derecha pueda poner una «i». Disculpe la
molestia, (probablemente) no volverá a ocurrir.
Que tenga
una buena tarde,
E. Rothner
INCOMUNICACIÓN
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