La honestidad actúa de
espejo: ¿somos la imagen que ven los demás de nosotros?, o ¿nos creemos magníficos
actores que representan un rol alejado de ese ser único y especial que cada
persona es? Esta última opción es peligrosa, y en nada nos beneficia.
La honestidad ha sido y es uno de los
temas estrella que me gusta compartir para así obligarme a estudiar.
Sobre ello escribo en el
libro El vendedor universal (2003, Editorial Pirámide):
La aptitud es para la actitud lo que el genotipo representa para el fenotipo; y en la familia encontramos el primer rastro de huella:
La aptitud
es la posibilidad de SER.
La actitud
es la forma en que hacemos visible la aptitud.
¿Se ocupan los padres en conocer las aptitudes de los hijos? ¿Les ayudan a mostrarlas sin tapujos para crecer en armonía?: me pregunto hoy.
En el libro doy muestra de otro tema estrella para mí: la ternura en clara alianza con la firmeza.
El vendedor conoce la necesidad de la firmeza y también de la ternura; aunque parezca utópico, se pueden casar estas aptitudes personales que, en ocasiones, se echan de menos en las relaciones profesionales.
También ahí defino el significado
que tiene para mí ‘el vendedor universal’ la congruencia entre lo que soy y
muestro (honestidad).
Las cuatro P del vendedor universal
1. P de persona: es persona y trata con personas2. P de proyecto: la vida fluye de un sistema organizado de estructuras moleculares. La profesión se construye aunando de forma sistemática las posibilidades y los deseos.3. P de prestigio: nacer sabiendo tiene la ventaja de conocer con anterioridad los hechos. Pero lo cierto es que, aunque alcanzar la meta pueda ser el principio, mantener el principio de crecimiento continuo al servicio de la comunidad constituye la verdadera sabiduría, la que conduce al prestigio4. P de partener: hoy, más que nunca, la soledad no es operativa. No podemos olvidar que la base del crecimiento la tiene el compartir: qué y con quién forman parte de la elección personal.
En todo caso, la imagen de persona que
vemos de nosotros en el espejo podríamos intentar unificarla a nuestro ser íntimo.
Entre otras cosas, porque si un zapato es el
proyecto personal y el otro nuestro proyecto profesional, conviene orientarlos en
el mismo sentido a lo largo del camino y de forma acompasada: a fin de no
pegarse un buen batacazo y algún que otro tropezón.
Termino con una imagen que vale más que cualquiera de las ideas que he intentado transmitir escribiéndolas.
¿Dónde te sitúas?
¡Sé honesto! La congruencia es el mejor legado que podemos dejar a los nuestros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario