Los publicistas se han hecho eco del concepto de moda en la psicología evolutiva: desaprender. Y me ha resultado grato releer las ideas que en su día escribí para el libro "El vendedor universal" (Editorial Pirámide, 2003) porque están de rabiosa actualidad, como diría uno de los jóvenes lectores: Mª Ángeles, esto no lo enseñan en la Universidad.
No deja de ser estupendo poder aprender desaprendiendo; al menos, el concepto de que 'en la evolución de los seres humanos prime la colaboración' es todo un logro para una sociedad como la actual fundamentada en el la soledad operativa y la ignorancia trepadora.
Hace falta más y mejores contertulios escolares, ahora que la tecnología permite una colaboración instantánea sin necesidad de movilidad física.
Nuevos trabajos para adultos que puedan así compartir la flexibilidad mental adquirida con los años.
Necesitamos valorar que 'cuando suena el alma, la edad no importa'. El vínculo afectivo no conoce de tiempo, aunque sí sabe de generosidad, ternura, humor, autenticidad...
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