En una sociedad conectada, puede resultar utópico aquello que los seres humanos (algunos) llevan realizando como sistema (diríamos) de recarga, de recarga de energías: LA MEDITACIÓN.
Llevo algunos días preguntándome cómo argumentar este asunto del silencio pensante. Y en la búsqueda de información me he encontrado con autores que hablan del tema desde la convicción.
Llevo algunos días preguntándome cómo argumentar este asunto del silencio pensante. Y en la búsqueda de información me he encontrado con autores que hablan del tema desde la convicción.
Es el caso del profesor Agustín Domingo Moratalla quien, en el capítulo 3 del libro, expone "El valor educativo del silencio".
También en el vídeo que recojo se habla de la necesidad del silencio.
Por otro lado, nos encontramos noticias como la que ayer se podía escuchar y ver en los informativos de los medios de comunicación al uso: La violencia en las aulas, no cesa.
El caso es que no se puede echar balones fuera cuando algo no sale como uno quiere. Esto puede darnos una idea de por dónde hay que comenzar: POR UNO MISMO.
¿Somos conscientes de la autoridad que proyectamos?
¿Nos gusta ir de 'colega' y ejercer de docente al evaluar?
¿Cuestionamos nuestra formación pedagógica?
¿Tenemos organizado un plan de tutorías individuales con los alumnos y con sus padre?
Ya sabéis que mis escritos, y libros publicados, inducen a conversar con uno mismo y con los demás. Y en la violencia vivida en las aulas (según porcentajes, mayormente en los centros públicos), se percibe una carencia significativa de puesta en común de valores, de conversación entre el Claustro, de tutorías organizadas de forma individual con cada alumno y con sus padres o representantes legales.
Se puede copiar un ejemplo de seguimiento para un proyecto educativo de "tutorías activas" que forman parte del cuaderno del profesor, y que se tienen en los apuntes del blog educadores competentes
En definitiva: MEDITAR PARA...SER MEJOR PERSONA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario