Si queremos que algo cambie, podríamos comenzar por mostrar en las plazas de nuestros pueblos y ciudades la belleza y el encanto de esa otra juventud que conduce a la esperanza...a la certeza de que se pueden alcanzar unos ideales de fraternidad, que hoy se nos muestran envueltos en una sórdida sociedad dirigente que prima el engaño como método de permanencia en su poltrona gracias a mantenernos 'indignados' y mostrarnos hasta la saciedad -y diría, únicamente- las historias e imágenes que vemos en nuestros programas de 'audiencia global'.
Éste vídeo me sirve de ejemplo de cómo en nuestras plazas también podríamos escuchar y ver que ¡hay otro mundo! Y sin duda la Música va a ser cómplice del cambio que nuestra sociedad está deseosa de dar.
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