Estoy completamente de acuerdo en que cuanto más conoces, cuanta más experiencia acumulas, más tiendes a la auto-destrucción por cuanto percibes con más nitidez la parte más "fea" de las cosas.
Entiendo que tu mensaje, a modo de consejo que has vivido en carne propia, se centra en animarme a enfocarme también en las cosas positivas admitiendo que, como le ocurría a Don Quijote, puedan tratarse de ilusiones o quimeras.
La forma que me sugieres para conseguir ese enfoque, y de nuevo me remites a tu experiencia, es la evocación de recuerdos, y su posterior concreción en textos, que contribuyan si bien no a exorcizar este "sufrimiento" interior fruto de la reflexión y el conocimiento, sí al menos a hacerlo más tolerable.
Te tomo la palabra, Marigel, confío en tu recomendación.
Haré un esfuerzo intelectual para tirar de ese hilo que sugieres y que me parece muy sugerente.
No obstante, creo que necesitaré tu ayuda, y probablemente la de mamá, para concretar y refrescar recuerdos y vivencias.
Espero que la próxima vez que nos veamos, seguro que estas próximas Navidades, si no antes, podamos charlar relajadamente sobre "la tibieza de Agustín y su entorno".
1 comentario:
Muchas gracias, Marigel, por tu reflexión.
Estoy completamente de acuerdo en que cuanto más conoces, cuanta más experiencia acumulas, más tiendes a la auto-destrucción por cuanto percibes con más nitidez la parte más "fea" de las cosas.
Entiendo que tu mensaje, a modo de consejo que has vivido en carne propia, se centra en animarme a enfocarme también en las cosas positivas admitiendo que, como le ocurría a Don Quijote, puedan tratarse de ilusiones o quimeras.
La forma que me sugieres para conseguir ese enfoque, y de nuevo me remites a tu experiencia, es la evocación de recuerdos, y su posterior concreción en textos, que contribuyan si bien no a exorcizar este "sufrimiento" interior fruto de la reflexión y el conocimiento, sí al menos a hacerlo más tolerable.
Te tomo la palabra, Marigel, confío en tu recomendación.
Haré un esfuerzo intelectual para tirar de ese hilo que sugieres y que me parece muy sugerente.
No obstante, creo que necesitaré tu ayuda, y probablemente la de mamá, para concretar y refrescar recuerdos y vivencias.
Espero que la próxima vez que nos veamos, seguro que estas próximas Navidades, si no antes, podamos charlar relajadamente sobre "la tibieza de Agustín y su entorno".
De nuevo, gracias, Marigel, de todo corazón.
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