Llegan las vacaciones escolares y surgen planteamientos varios para dar solución a un problema:
¡Qué hacemos con los hijos!
Foros, y más foros de debate se abren para tratar sobre uno de esos asuntos de la sociedad actual, complejo por razón de su solución.
Hace unas semanas me llegó el enlace a un foro de los mencionados; y de las escasas respuestas dadas ahí, me parecen todas ellas acertadas; en concreto, la del día 30 de mayo, da pie al título de esta entrada.
Hay quienes piensan en la educación como mera instrucción; otros aplican aquello de educar como un sistema de adoctrinamiento; también están los que no saben no contestan.
De alguna forma, cuando por los motivos que fuere, pienso en la educación, me viene a la memoria la frase que acuñé en su día para el trabajo de investigación sobre ese tema:
Para educar, la escuela no basta y la familia sola no puede.
El libro que surgió de esta investigación (lo he nombrado en ocasiones), sigue entando de rabiosa actualidad.
Ayer asistí a uno de esos eventos que te hacen pensar en el significado de educar, al ver cómo las familias, el Claustro y todo el equipo directivo hacen posible que unos niños experimenten la 'socialización' en el amplio sentido que este constructo implica.
Me gusta ver allí donde acudo que se cumple con aquello de "digo lo que voy a hacer, hago lo que digo y lo puedo demostrar".
Cuando leo alguno de esos carteles que te avisan de algo, por ejemplo, que no se puede tirar al suelo ningún desperdicio y se aprecian papeleras visibles y de fácil acceso, sé si las personas se implican o no, porque se ve al mirar.
La palabrería no lleva a ninguna parte. Hay demasiado indignado suelto por no saber que cada uno es responsable de su propia indignación.
Va siendo hora de que los no indignados saquemos a la luz el porqué de nuestra actitud:
Firmeza, serenidad, respeto,...delicadeza son algunas de las actitudes que hay que poner de moda.
¿Te apuntas a poner de moda conductas como esas?
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