Risas y abrazos, en los momentos difíciles.
Uno regresa de visitar a los parientes y tiene la sensación de que, con el paso del tiempo, la complicidad del encuentro las risas y los abrazos hacen vibrar a quienes están experimentando en primera persona un trayecto que parece una historia interminable.
Por complicado que resulte explicar lo que a otros les pasa por su mente cuando tienen motivos para que la tristeza empañe sus días, casi siempre, son ellos quienes te dan lecciones con su alegría al abrazarte y las risas al recordar aquellos momentos que se pueden revivir juntos.
Entre sonrisas y lágrimas, en esa frágil línea que separa la existencia y la eternidad, enlazo "Un litro de lágrimas" y "Es cuestión de actitud".
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