Hoy, trece de marzo, revivo el gozo de ser abuela desde hace unos cuantos años.
Traigo un doble mensaje donde los niños son los protagonistas de un mundo desquiciado por la codicia y el egoísmo. No necesitan palabras.
El primero ha sido un auténtico regalo en un día tan especial en mi vida. ¡Déjate ayudar!
Y el otro del pintor Donald Zolan que pone acento en la infancia; en los recuerdos de la suya que le ha llevado a mostrar a los pequeños como lo que son, la ternura que vibra sola.
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