Olvidamos mostrar las bondades de conocerse y reconocernos.
Olvidamos que, aunque no podamos solventar los problemas de otros, somos imagen de conductas y como tal educamos, sí o sí.
Olvidamos comprender los problemas para valorar las posibilidades de mejora personal que nos plantean.
Olvidamos la autocrítica y practicamos la crítica destructiva.
Olvidamos...encontrar la alegría en el fondo de todas las cosas.
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