Preparar el otoño...
Cuando pienso en la estación del otoño, pienso también en ese momento de vida personal en la que me hallo: sin trabajo remunerado, y sin tener los requisitos necesarios para ser una jubilada más.
Y de cómo entra uno en esa etapa otoñal me he puesto a pensar esta mañana de verano mientras la familia dormía tras la noche de concierto en A Coruña.
"Te haces fuerte en la adversidad": ¡SEGURO! Como también "Lo que no mata engorda". Aunque soy una convencida de que el 'gordo' prefiere no tener que experimentar la adversidad en sus carnes.
Desde la infancia se nos plantea el asunto de elegir; ahí comienza la aventura de experimentar tanto las ilusiones y los sueños como la incomodidad ante un 'supuesto' error.
Llegar a cierta edad (pasar de los sesenta) supone contar con una maleta de experiencias. Y de cómo se haya cargado la maleta en el transcurso de los años vividos, las experiencias pueden suponer una carga o un acicate personal para seguir aprendiendo al compartir.
Como decía en mi anterior entrada, plasmar las ideas en imágenes y expresar los sentimientos en palabras, forman parte del equipaje de la maleta que me acompaña.
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