En la sociedad mediática, relatos como el que aquí se cuenta pueden ayudarnos a valorar cómo andamos de sensibilidad social.
Un espacio para la comunicación positiva, donde el concepto de persona cobra fuerza y da sentido al compromiso de mejora continua.
sábado, 21 de mayo de 2011
domingo, 15 de mayo de 2011
EN ESTOS MOMENTOS
¡PROGRESO?
¡Quién sabe?
En estos momentos…
Plenos de movimientos migratorios, que no de aves si no de seres humanos.
En estos momentos…
Plenos de sobreabundancia para los opulentos, que hacen gastar a sus anchas y que oprimen como nunca.
En estos momentos…
Plenos de leyes, que protegen la calidad de los productos y servicios, la seguridad ciudadana, el medio ambiente.
En estos momentos…
Plenos de leyes, que el propio legislador se salta en propio beneficio.
En estos momentos…
Plenos de asociaciones no lucrativas, que defienden los derechos de los desheredados del hombre, aunque, paradójicamente, cada día los pobres aumentan en número y sobreviven en condiciones paupérrimas.
En estos momentos…
Cuando el pueblo elige libremente a sus gobernantes, cuyo oficio es el de no tener oficio, pues, son clase distinguida.
En estos momentos…
Ccon claridad meridiana se presenta el mal nombrado progreso, para liar la madeja y hacernos así comulgar con ruedas de molino.
Pues bien…
No quiero ser progresista, ni verde, ni azul ni blanca, ni amarilla ni roja, ni nacionalista, ni ácrata o patriota.
Quede claro…
Que no quiero que me digan lo que quiero: ni titiriteros, ni reyes, ni demócratas, ni liberales autocráticos hablarán más por mí.
Ninguno confundirá más las lenguas, para engendrar tanto reino de taifa donde seguir medrando a su gusto.
¡Quién sabe?
Si el pueblo deja de comportarse como populacho, que añora lo que envidia, que vive en su descarada ignorancia de la que se aprovechan y alimentan quienes ordenan y mandan para lograr así un mundo caótico en el que seguir manipulando a su antojo.
Si el ciudadano pasa a ser persona, cuyo raciocinio le permita ver más allá de su egoísmo...
Que el progreso forme parte del ser humano…, es posible.
¡Quién sabe?Del libro, Escalerita al cielo (2004)
María de los Ángeles Rodríguez Castaño
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